De solo escuchar el nombre, nos emociona planear una gira en Catalinas, sin duda un lugar lleno de vida y muy cambiante a lo largo del año. Aquí llegan a visitarnos las mantas oceánicas entre diciembre y febrero, y la mejor visibilidad es de abril a julio, pero todo el año ofrece tiburones, pulpos, morenas, enormes escuelas de peses, rayas y, si topamos con suerte, hasta caballitos de mar.